Bloqueo a Qatar: «Están usando a la población civil como escudos humanos»

Periódico:  ABC
El bloqueo total contra Qatar impuesto el pasado 5 de julio por Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, sigue enrareciendo el clima entre los regímenes del Golfo, en un momento clave de la lucha contra el yihadismo y con varias guerras civiles aún en curso. Las tibias intentonas de mediación política de Kuwait y del presidente Trump han sido pompas de jabón. El coste político y económico para todos -en particular para el rico emirato de Qatar- es muy elevado, pero el daño social que crea la repatriación forzosa de ciudadanos árabes del Golfo, que tradicionalmente mantienen fuertes lazos familiares entre sí, ha abierto otra cuenta negativa con dígitos muy difíciles de cuantificar.

Doha acaba de publicar un extenso informe con lo que califica de «intolerables abusos de los derechos humanos» por parte de los cuatro países que impulsan el bloqueo. Para defender su causa ha viajado a Madrid el presidente del llamado Comité de Derechos Humanos de Qatar, Aí Bin Samikh Al Marri.

¿Qué denuncian en su informe?

La violación flagrante de un elevado número de derechos humanos por parte de los países que imponen el bloqueo contra Qatar. No estamos ante un boicot solo económico y político. Están utilizando a la población civil como escudos humanos, víctimas inocente de una agresión sin precedentes en nuestras sociedades.

¿Por qué afirman que el daño va más allá de la población qatarí?

Los primeros y más afectados son sin duda muchos miles de ciudadanos qataríes residentes sobre todo en Arabia Saudí y Emiratos, a los que se dio un plazo de solo 15 días para dejarlo todo y abandonar el territorio. Pero el daño del bloqueo afecta también a muchos ciudadanos procedentes de los cuatro países agresores que viven en Qatar. Calculamos que nuestro país acoge a unos 13.000 ciudadanos procedentes, sobre todo, de Arabia Saudí, Emiratos y Bahréin.

¿Qué derechos han sido los más violados a su parecer?

Derechos individuales, a la educación, al trabajo, a la propiedad, a la libertad de expresión; y también derechos de familia. Relatamos el caso de una mujer qatarí que llevaba años viviendo en Emiratos Árabes Unidos, donde se casó con un emiratí y tuvo un niño; al ser forzada a la repatriación fue obligada en el aeropuerto a irse sin el hijo, que entregaron al padre. Relatamos casos también dramáticos de estudiantes que pierden la carrera, e incluso de pacientes qataríes ingresados en un hospital de Riad que tuvieron que desalojarlo.

El intento de mediación de Kuwait no avanza, y las organizaciones panárabes e islámicas parecen hacer oídos sordos a la crisis. ¿Confían en la diplomacia de Estados Unidos, que mantiene con todos los países del Golfo fuertes lazos económicos y estratégicos?

El presidente Trump hizo un intento de mediación, que cosechó un sonoro fracaso tras el portazo de Riad. Me temo que la resolución del bloqueo a Qatar no está entre las prioridades de la política de la Casa Blanca.

¿Qué recurso les cabe?

La denuncia ante todas las instituciones y organismos mundiales, para que ejerzan presión. He hablado en Madrid con parlamentarios y con el Defensor del Pueblo porque confiamos en la presión de España, ahora que es miembro del Comité de Derechos Humanos de la ONU para el periodo que cubrirá hasta 2020.

Arabia Saudí está dando algunos pasos adelante en materia de derechos humanos. Hace poco anunció que las mujeres ya podrán conducir...

Supongo (dice entre risas) que las autoridades de Riad considerarán que no es para ellos un paso tan arriesgado ahora que los coches son automáticos.